Su único pecado fue vivir en una ciudad con una carretera muy apetecible para el ISIS en la frontera con Turquía, así que los echaron de su lugar y no tuvieron más remedio que desplazarse, y aquí, en Kabarto 2, viven 27000 refugiados kurdos desde hace 5 años. Su ciudad ya no existe como aquel que dice, así que todos andan buscando la forma de rehacer su vida en otro lugar y muchos ya se resignan que su vida será en este campamento para siempre.