No tengo Internet en el móvil ni uso Whatsapp: la generación de las cabezas agachadas.

¡¡¡Caerás como todos!!! Es la frase del momento en cuestión de móviles y nuevas tecnologías aplicadas a estos aparatos, y frase que me repiten constantemente por el motivo que explico a continuación.

Os pongo en antecedentes. Soy de esos “bichos raros” (según la gente, para mí es todo lo contrario, soy el normal) que tengo un móvil que no es de última generación y no uso Internet ni tengo Whatsapp en él, sólo lo uso para llamar y recibir llamadas, y la batería me suele durar entre 6 y 7 días sin recargar. Por ese motivo, me repiten eso de “caerás…” continuamente ante mi negativa a utilizar el móvil para otros usos que no sea el de escuchar la voz de la persona a la que llamo o de la que me llama.

“Caerás como todos”, de antemano, ya me resulta una frase que indica que la gente esta haciendo algo que no tenía pensado hacer, que no quería hacer, pero que su fuerza de voluntad no ha sido la suficiente para conseguir evitar seguir la corriente de la moda o, como yo opino, seguir la manipulación tecnológica a la que nos están sometiendo para tenernos donde nos quieren en cada momento.

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Nadie escapa a este virus, monjes en Chiang Mai, Tailandia.

Vengo observando desde hace tiempo (es lo que tiene no ir mirando el móvil todo el día con la cabeza agachada; que puedo observar a mi alrededor) que la gente ha introducido el móvil en sus vidas y ya ni se da cuenta de la adicción y normalización que supone tener ese aparato en la mano todo el día. En la mano, en el coche, en la mesa comiendo, en el baño, andando por la calle, en el transporte público, haciendo deporte y en muchas situaciones más.

“Es que como no tienes whatsapp no te enteras de nada y no te hemos podido avisar”. ¿Perdón?, ¿mi vida social pasa a depender de tener o no tener whatsapp?, triste, muy triste, me niego. Si la gente ya no puede hacer esfuerzos por hablar (con hablar digo llamar, nada de mensajes de texto) algo gordo está pasando y, en mi opinión, muy negativo.

El otro día, en el metro de Barcelona, observando como es costumbre en mí, conté la gente que había en el vagón, éramos 30, de esos, 25 tenían la cabeza agachada mirando el móvil y tan sólo 5 estábamos con la cabeza arriba pensando en nuestras cosas, mirando la vida, o vete a saber qué. El resto, absortos por completo en una pantalla pequeñita de la que no pueden desconectar. Es más, mi trayecto duraba 35 minutos, y la chica que iba a mi lado no levantó la cabeza en ningún momento, la admiro, mi curiosidad por el entorno que me rodea me impide hacer esas cosas.

Caso aparte me parece el tema de los “ruiditos”Si hablo de falta de educación y falta de respeto, este tema se lleva el gran premio, a la gente ya le da igual hablar chillando en un lugar público, le da igual si su teclear es tan ruidoso como para que lo escuche todo su alrededor o que los chivatos de que un ilusionante e imprescindible Whatsapp le ha llegado moleste a todos los demás.

Estoy preocupado, estoy realmente incómodo, y cuidado, yo también tengo móvil, pero de momento lo uso para llamar (como dicen que caeré, pues tengo que asumir que romperé mis principios y haré lo que las grandes multinacionales me digan que tengo que hacer para tenerme controlado y gastando sus servicios). Y digo que estoy preocupado porque la gente ha perdido el control y la educación. Me incomoda mucho estar hablando con alguien y que no pueda estar sin mirar el móvil, estar comiendo con alguien y que tenga el móvil en la mesa, ir conduciendo y que mi acompañante este chateando por el móvil o ver simplemente gente chateando por el Whatsapp, preguntarles “¿qué haces?” y respondan “nada, quedando con tal persona o solucionando no sé qué…” y me sale del alma un… “a ver, llevas 10 minutos chateando con esa persona, ¿no es más lógico y práctico llamar y en 20 segundos ponerse de acuerdo y no dejarme a mí de lado como sino existiera?

Una de mis frases más habituales los últimos tiempos es… “ok, acaba y cuando termines con el móvil seguimos hablando”. Se están perdiendo las formas, la educación, el respeto y el saber estar. El problema del móvil es que la gente lo ha integrado en todo sin ninguna discriminación. Yo lo utilizo, que quede claro, como uso también otras tecnologías, pero sólo cuando quiero, cuando estoy solo, cuando lo necesito, pero nunca cuando estoy haciendo otra cosa, cada situación requiere su atención y mezclar nuestras actividades diarias con la obsesión del móvil, está haciendo perder mucha atención en lo que hacemos.

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La felicidad no esta en la tecnología. Niños en una aldea de Senegal.

Soy entrenador de baloncesto desde hace 13 años, y durante los últimos, estoy observando con tristeza un fenómeno que antes no ocurría. Los jugadores se han vuelto individualistas, ya no existe aquel sentimiento de equipo tan fuerte como había antes. Antiguamente, una de las mejores cosas era el antes y después de los partidos, en esos corrillos charlando del rival, de la fiesta de la noche o de lo que fuera, pero se reía, se compartía, se hacía piña. Actualmente, los jugadores entran a los polideportivos con la cabeza agachada chateando con alguien de fuera, llegan antes de un partido, se sientan uno al lado del otro mientras esperan para ir al vestuario y cada uno esta con su móvil sin prestar atención a los compañeros. Es decir, tienen que realizar una actividad de equipo con sus compañeros, pero están hablando por el móvil con personas ajenas a la actividad que van a hacer. Ni que decir tiene, que en mis equipos está prohibida la utilización del móvil dentro del recinto deportivo, cada minuto que tengan al lado de sus compañeros ha de ser para charlar con ellos y reforzar vínculos grupales.

Y en referencia a eso, el otro gran problema que vengo observando, es el déficit de atención, lo compruebo día a día con los jugadores, no tienen atención, no consiguen concentrarse como antes, están dispersos, tanta tecnología ha hecho que la gente ya no sepa concentrarse, porque la costumbre es hacer algo pero con breaks para mirar el móvil, y en estos años que llevo de entrenador el cambio es muy grande, cada día cuesta más conseguir que un jugador esté centrado y concentrado.

Y por último, antes de pasar a mis “entristece”, dejo una reflexión. Por lo que he leído, escuchado y observado, la media de horas que una persona mira el móvil al día en España se mueve entre 3 y 6 horas. Voy a ser generoso y pongo una media de 4 al día, eso supone 28 horas a la semana, 112 al mes y 1460 horas al año. Siendo generoso he dicho, porque creo que esa media es más alta. Ahí va mi reflexión-pregunta: ¿realmente merece la pena dedicar esas horas en tu vida a mirar una mini pantalla con todo lo bonito que hay a tu alrededor? Para mí, la respuesta es obvia, si me voy de viaje un año, el móvil se queda en casa, si me voy un mes, igual, y si estoy en momentos que no quiero que me molesten, ya pueden llamar, que ni lo cojo. La vida es muy corta e intensa como para perder el tiempo en la dichosa caja tonta que está enviciando al mundo.

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Instaurados en nuestra vida. Bogotá, Colombia.

Me entristece:

– Me entristece ver a adolescentes enganchados a estas tecnologías
– Me entristece ver la típica imagen en un semáforo de un padre con la mirada perdida mientras su hijo sentado al lado está con la cabeza agachada mirando el móvil sin comunicación alguna
– Me entristece tener que pitar a los conductores porque van haciendo eses por la carretera pendientes del móvil o porque no se enteran de que el semáforo se puso en verde, porque cada segundo es imperdible sin móvil
– Me entristece ver a la gente andando por la calle sin poder levantar la mirada
– Me entristece entrar en un establecimiento y que los trabajadores estén con el móvil en la mano y tener que esperar a que lo guarden
– Me entristece ver la dependencia de la gente en sus trabajos, donde no pueden dejar pasar muchos minutos sin echar una mirada a la caja tonta
– Me entristece ver a la gente desesperada para mirar el móvil tras un “parón” de unos minutos
– Me entristece ver a la gente que ya no sabe cómo divertirse, se aburren si no tienen tecnologías en sus manos
– Me entristece y cansa que cuando la gente se junta, las conversaciones sean sobre móviles, conversaciones de Whatsapp, etc…
– Me entristece escuchar a gente decir que dentro de casa se avisan por Whatsapp para no ir de habitación a habitación
– Me entristece ver a la gente nerviosa si no tiene el móvil en la mano, o está sin batería, y están totalmente perdidos
– Me entristece ver a amigos, parejas, familiares, sentados uno al lado del otro y cada uno a lo suyo con su caja tonta y con cero comunicación entre ellos, y si lo hacen, es para hablar de algo del móvil

Y sobre todo, me entristece la pérdida de valores que todo esto está provocando. Soy viajero, defiendo aquello de conocer a la gente hablando, cara a cara, interactuar, observar… Pero no, parece ser que eso se va a perder, la gente prefiere hablar vía tecnología que cara a cara.

“Nos vemos en el camino” (si al cruzarnos no llevas la cabeza agachada)


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32 Comments

  1. Jajaja! Como te entiendo Ivan. Cuantas veces he oído yo también el: “¡¡Ya caerás como todos!!”. Totalmente de acuerdo contigo ya que mi mujer y yo también estamos libres de móviles que sirvan para algo mas que para llamar.

    Que gracia me ha hecho lo que explicas del metro, porque yo también lo hago a veces. Cuento la gente que está con la cabeza agachada y lo cierto es que el porcentaje me parece que cada vez es mayor.
    Pero siempre quedaremos unos cuantos que seguiremos paseando y disfrutando de algo tan fantástico como es observar todo y a todos los que nos rodean. La vida es el mayor escenario del mundo y si estás atento nunca deja de sorprenderte 😉

    • Totalmente de acuerdo Eugeni, gran reflexión, somos de la vieja escuela esta claro, y que siga!!!… Aunque mucha gente cree que lo hacemos por llevar la contraria, es tan fácil como que no nos gusta, que preferimos una comunicación fluida y no el teclear de un móvil.

      Como dices, el mundo es maravilloso como para perdérselo de vista.

      Un fuerte abrazo a los dos.

  2. Yo pienso que lo difícil es tener whatsapp, tener Internet en el móvil y saber administrarlo y usarlo a criterio, desde aplicaciones sencillas como saber como esta el clima, para saber si tu hija lleva campera y paraguas al jardín, para saber a que hora pasa el colectivo,,,,,, hasta compartir una foto o un video, un momento ,mientras todavía tienes la piel de gallina por la emoción, con una abuela, que 10 años atrás, ni imaginábamos que una mujer nacida en los 50, que nunca tuvo una pc, estaría pendiente a recibir una foto, video o noticia de su nieto,,,,,,,,
    De seguro cuando seas abuelo, tendrás Internet en el móvil, me arriesgaron a decir que cuando seas padre, harías todo lo posible, que este al alcance de tu mano para llegar antes a casa, eso si, espero que no caigas.en la tentación de los “cabezas gachas ” por que a mi personalmente me pasa, sobre todo cuando no tengo muchas ganas de escuchar, después de haber tenido un día difícil de trabajo, haciendo el esfuerzo de escuchar a personas que los miras y sinceramente, me dan ganas de jugar al juego de formen que baje para mi hija y juego más yo!!! Saludos

    • Hola Juris, no sé lo que haré cuando tenga hijos, pero yo echo de menos la educación que tuvimos de pequeños, dónde compartíamos más con los otros chicos, estábamos en la calle y en mi opinión, todo era como más natural, más autentico y dónde lo más importante era el cara a cara con las personas, mi recuerdo es que eramos más felices con ese tipo de educación, más pacientes y no tengo esa sensación con las nuevas generaciones, las veo más individuales, no comparten tanto en persona.

      Al final, en definitiva, no crítico las nuevas tecnologías, lo que me molesta es el uso que le estamos dando y que la gente esta perdiendo las formas con todo esto, soy un gran defensor de los valores y el respeto entre las personas, y particularmente, con tanta tecnología creo que se están perdiendo.

    • Nunca tuve teléfono móvil ni mucho menos teléfono inteligente. Hay mucha presión social, publicitaria, etc. para que compres uno, pero me resisto. Sólo tengo teléfono fijo, porque no necesito móvil para el trabajo, no soy profesional, autónomo o persona que lo necesite imperiosamente. Me niego a usarlo, pienso que se ha hecho un uso excesivo del teléfono móvil y que la gente “pica” a comprarlo por la gran presión mediática y social que existe para su uso. Vivo tranquilo sin él, de hecho el teléfono fijo sólo lo uso en el trabajo por motivos estrictamente profesionales y el de casa para alguna llamada imprescindible. Me resisto a depender del teléfono móvil que se usa frívolamente y condicionados por las grandes empresas de telecomunicación.

  3. APLAUSOS. Con tu permiso, publico este glorioso artículo en mi muro de Facebook. Pensaba que era la única, y casi lloro leyéndolo. Ya no estoy sola.

    Soy joven y no tengo internet en el móvil, ni mi móvil es de última generación, ni uso Whatsapp, y no solo estoy viva sino que no lo echo en falta. Otra cosa sería que por causa mayor necesitara estar conectada permanentemente, pero como no es así, me niego en redondo. Bastante utilizo Internet en el ordenador de casa como para además llevarla encima cuando salgo de ella. Que no. Prefiero desconectar, vivir la vida REAL y no andar esclavizada del telefonito todo el santo día.

    En el gimnasio me quedo boquiabierta viendo a muchos hacer “ejercicios” sin apartar la vista y los dedos del móvil. O la que para mí es la escena dantesca nº1 cada vez que salgo por ahí: parejas de novios y grupos de “amigos” que pasan toda la quedada sin despegar la vista de sus respectivos teléfonos. Sinceramente, ¿esas personas para qué quedan? yo para estar así me quedo en mi casa. De verdad que es, repito, DANTESCO presenciar esas reuniones “sociales”.

    Como bien explicas, la tecnología usada con cabeza solo conlleva ventajas. Pero la verdad: en mi día a día veo mucha tecnología, pero cabeza más bien poquita.

    • Hola Mara, no podría estar más de acuerdo con todo lo que has escrito, y por supuesto, todo el permiso del mundo para publicar el artículo en el Facebook. Que bueno ver gente que todavía confía en cosas reales y deja un poco de lado tanta tecnología mal usada. Gracias por tu comentario.

  4. Yo podría haber escrito este artículo!!!

    Estoy harta de que la gente me diga “caerás”!!!!

    Gracias Iván y gracias a todos los que seguís observando la vida!!

  5. Ya sabes Allegra… a seguir observando y nada de “caer” porque ellos lo digan.

    Un abrazo.

  6. Totalmente de acuerdo con todo lo que has escrito, y sí, es muy triste. En casa no tenemos ni whatsapp ni internet en el móvil, tenemos 3 hijos y cada uno nuestro trabajo. En nuestros trabajos todos están enganchados y en el cole están los grupos de padres (estos merecen una categoría aparte). Me parece deprimente ver a los padres en el parque enganchados, y como dices gente que ni te mira a la cara mientras les hablas…pero lo que más me molesta últimamente es que yo no digo nada a nadie, aunque me molesten sus faltas de educación y los sonidos de sus mensajitos y piense que estén aborregados…me molesta mucho el acoso al que me somete la gente, porque ya es acoso, desde hace meses literalmente no pasa un solo día en el que alguien no me diga que por qué no tengo whatsapp, que cuando voy a tener, que claro que no me pasan las notas del AMPA porque no tengo whatsapp (¿perdona? ¿qué pasa con el mail, el teléfono fijo, el móvil, el SMS, la viva voz cuando me ves todos los días en la fila del cole?) ¿estamos tontos o qué?

    • Pues totalmente de acuerdo con todo lo que dices Paula. Parece que el comentario de moda es decir que nos pongamos whatsapp a los que no queremos, yo también recibo comentarios diarios insistiendo que tengo que unirme a la moda. Pero sigo pensando que puede ser útil, pero lo que pierdes teniendo whatsap es mucho más que lo que ganas.

  7. Te felicito, estoy conmovida porque me siento tan desplazada que pense ser yo la rara con esto del whatsapp … Coincido totalmente con PAULA me acosan, ya es ley que tengas whatsapp y encima me exigen explicaciones de porque no tengo. Se que mucha gente se desligo de interactuar conmigo por no tener eso y solo conservo poca gente que memanda mail o sms o llamadas… No se ustedes pero me crie sin telefono, tenia unos 21 años cuando hubo telefono en casa y antes se usaba cospel y cabina publica. De hecho esos tiempos fueron mejores. ..

    • Lo extraño es eso, que los desplazados seamos los que no usamos, si al final son ellos que se aislan del mundo cuando están con un teléfono en las manos, pero bueno, es más fácil seguir la corriente supongo. Seguiremos desplazados y bien orgullosos de ello.

  8. Hola Ivan, lei tu escrito hace meses y hoy lo vuelvo a leer porque es que como tú dices, me entristece….añadiría yo alguno más….madres con el carrito de bebe mirando el movil mientras caminan, y los que sacan a su perro y lo mismo, y además otra cosa que no has dicho, cuando cojo el tren, y tanta gente va navegando, se crea una contaminacion electromagnetica alrededor, y yo ya no se si es psicologico, pero me he notado mareado despues de un viaje de 1h aprox, como me gustaria volver atras en el tiempo a los años 80 por ejemplo, sin toda esta mierda que hay ahora, un saludo

  9. Hola a todos. Iván, creo que tienes toda la razón del mundo. Es impresionante ver cómo últimamente la vida de las personas gira alrededor de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Parece como si no fueses nadie si no tienes whatsapp, facebook, o lo que sea.
    Yo tampoco tengo whatsapp, ni quiero tenerlo, aparte de su uso abusivo me parece un ataque a tu intimidad, eso de que en cualquier momento te manden un mensaje y parece que siempre tengas que estar disponible para contestar o seguir las conversaciones de grupo.
    Y sí, en el transporte público es una pasada, todo el mundo mirando constantemente el dichoso móvil o tableta… Yo en el metro siempre voy dormitando (no duermo en realidad, solo pienso en mis cosas), o si no leyendo (hoy en día, de esos ya somos pocos, cuando veo a alguien leyendo un libro o el periódico en el metro me llevo una grata satisfacción).
    La verdad es que se están perdiendo muchos valores en esta sociedad.
    Un saludo.

    • Hola Elena, muy bien dicho y con toda la razón, hay una cosa que has comentado que cada día pasa más, la gente en el transporte ya no levanta la cabeza y echo en falta la mirada perdida, el no pensar en nada o directamente el pensar en algo. La gente ya no se detiene a pensar, siempre tiene la mente ocupada con la tecnología… seguiremos a lo nuestro, a disponer de nuestro tiempo y emplearlo en otras cosas.

      Un saludo y gracias por tu comentario.

  10. Pienso igual que tú.

  11. Hola, Iván:

    Acabo de leer esto ( http://www.xataka.com/moviles/semaforos-especiales-en-aceras-para-los-adictos-al-movil-si-hemos-llegado-demasiado-lejos ) y al momento me vino a la mente esta entrada tuya.

    Reconozco que cuando contactamos la primera vez yo aún no tenía “móvil moderno” como yo digo y ahora ya sí. Que por cierto en mi último viaje (estas Navidades del 24 de diciembre al 11 de enero 18 días por Italia) estuvo muy bien para hacer fotos y estar en contacto con mis amigos a través de whatsapp y Facebook (fue un poco como llevármelos de viaje conmigo). En cualquier caso espero no llegar nunca a los extremos de la noticia que acabo de enviarte: cruzaré los dedos 😀

    Saludos viajeros. Neo. 😉

    • Hola Neo… veo que utilizando el whatsapp, yo de momento resisto y además cuando viajo no me gusta contactar con nadie, que es tiempo de desconectar, jejejeje… así que el móvil se queda en casa o si va conmigo esta apagado todo el viaje y lo llevo por si las moscas pasa algo. También espero que no se llegue a esos extremos, pero por lo que veo en la gente, esto es un no parar y va a más.

      Un saludo…

  12. El otro día iba por la calle y no pude evitar acordarme de este post tuyo (es que el título “la generación de las cabezas agachadas” lo clava). Y el caso es que hoy al leer este artículo me ha venido de nuevo al instante a la mente. Aquí te dejo el enlace. Como verás, tiene relación.

    http://www.xataka.com/medicina-y-salud/whatsapp-y-dolor-de-cuello-existe-relacion-entre-ellos

    Y ahora que caigo hace poco he estado por Barcelona por temas médicos. No sé si quizá habríamos podido quedar y conocernos (aunque de todos modos fueron pocos días y bastante liados). Bueno, ya habrá ocasión. Saludos viajeros. 😉

  13. Hola Ivan, comparto tu opinión y me pasa igual que a ti, yo tampoco uso whatsapp y siempre me preguntan porque no tengo, como si por no tener estoy incompleta 🙂 Creo que el no estar conectado ayuda a que uno se tome tiempo para si mismo y para los demás con pleno control de cuando queremos comunicar y compartir con los que queremos. Es sentirse libre de elegir y decidir lo que es importante en nuestras vidas, porque si bien admito que a veces es necesario tener al alcance una tecnología como el whatsapp, hay mucho sobreuso del mismo que solo hace perder el tiempo y perderse la oportunidad de disfrutar más de las situaciones reales que vivimos a diario.
    Un saludo

    • Hola Yesi… Gracias por tu comentario, pues sí, parece que somos incompletos, pero yo que sigo sin nada de nada, me veo más completo y con más tiempo libre para otras cosas más interesantes, pero es una discusión complicada, estamos en minoría…

  14. Yo no tengo WhatsApp y tampoco Internet en mi teléfono móvil. Además, no llamo a nadie. Solamente mi jefe me llama a mí, cuando él no está en el trabajo. Veo a todo el mundo enganchado con el móvil. En el metro, en el autobús, caminando por la calle sin mirar si pasa algún coche, etc. He visto personas atropelladas por un coche o una moto por culpa de que iban distraídas mirando el maldito teléfono móvil. Vivimos en una nueva sociedad en la que impera el “¡oye, tú!”, en lugar del respetuoso “usted”. Si nos cruzamos con alguien conocido (vecino, compañero de trabajo, amigo o familiar), ya ni siquiera nos atrevemos a decirle “hola” cara a cara, sino que le enviamos un wasap escribiendo “hola”. ¿Somos esclavos de las nuevas tecnologías? Yo creo que sí.

    • Hola Javier, el tema abstraerse de todo esta llegando a extremos muy preocupantes, si tu no te apartas muchas veces chocarías con gente que anda sin saber que pasa a su alrededor, y esto no puede ser bueno, realmente la tecnología no nos hace mejores, yo creo que todo lo contrario. Un abrazo y gracias por escribir.

  15. Me da pena de que los niños ( los he visto de 2 años) casi no jueguen con juguetes, con su imaginación y sus padres les dejen y ellos también pidan el teléfono para jugar.Un grupo de niños que deberían estar corriendo,riendo, jugando con sus juguetes y en vez de esto, están en un circulo alrededor del teléfono móvil casi sin hablar.
    Esto es una de las cosas más graves que se puede hacer y la culpa la tenemos nosotros. Hay que darles ejemplo para evitar esto por completo.Esto es lo más importante.

    Yo no tengo wassap, ni facebook, ni twiter pero sí tengo internet en el móvil para consultar cosas, aunque cada vez más, dejo el smartphone en casa y uso un Motorola V3 de teclas, para “desconectarme” de la tecnología.
    Nos han desbordado con las nuevas tecnologías en el móvil.
    La gente se ha atontado con el móvil, todo el día con él por la calle sin atender nada a su alrededor.
    Gastarse 600€ en un telefono!! Pero bueno, si hago lo mismo con uno de 150€!!!, por ejemplo.

    La gente se va de vacaciones y no se lleva la cámara de fotos, las fotos las saca con un simple móvil. Estas en un sitio espectacular y les ves con el teléfono sacando fotos, que por muy bueno que sea, no compares la lente del tamaño de la cabeza de un clavo, con la lente de una cámara compacta y ya no digamos con una Reflex.

    Perdonad por el rollo.

    • De rollo nada, somos muchos los que tenemos ganas de hablar del tema y alzar la voz porque estoy ya es preocupante, un poquito vale, pero mucha gente esta perdiendo el control de su vida para cederla a la tecnología, a ver como evoluciona todo…

  16. Hola, ha sido reconfortante leer el artículo y los comentarios subsiguientes. Tampoco tengo whatsapp, la gente cada dia me mira más como a un bicho raro, etc.
    Por poner algo nuevo, me entristezco cuando encuentro a un amigo o conocido al que no veía hace tiempo y que era un tipo/tipa excelente y a los pocos momentos de hablar con él percibo que se ha convertido en un clon más de los millones de adictos al whatsapp y todo lo que cuelga, que ha dejado de tener ideas propias y que se ha olvidado que el único dispositivo inteligente de que disponía, situado encima de sus hombros, se está deteriorando por falta de uso, quizá irreversiblemente.
    La tan frecuente repetición de lo que acabo de explicar me hace venir a la memoria la película “La invasión de los ultracuerpos”, no sé si alguien la recordará. Espero que la sociedad de información no tome el mismo camino que ella.

    • Hola Joan, entiendo lo que dices, y de hecho más de una vez he dicho, si sigues mirando el móvil me voy y a veces incluso se enfadan y sueltan excusas poco razonables y éticas, pero bien, es una lucha perdida por lo que veo, tocará remar en contra de la adicción que las grandes compañías han creado en la gente. Gracias por tu comentario.

  17. “Le estoy enseñando a pensar” me dijo una mamá de un pequeño de 7.
    Y los grandes ya no lo hacemos. No culpo a WhatsApp, sino al sistema todo, y a nosotros mismos.
    Recuerdan cuando en la escuela no nos dejaban usar calculadoras?. El mundo cambió y ahora es obligatorio ser experto en calculadoras.
    No aprendemos, no investigamos, nos mataron la curiosidad, y el ser humano, sin curiosidad, no avanza, y fundamentalmente, es infeliz.
    Yo soy feliz con todo esto, porque donde antes estaban todos, en las calles, en los campos, en las plazas, ahora puedo disfrutar solo ya que están viviendo sin vivir, mirando sin ver. Como soy un lobo estepario me conviene.
    El lenguaje no se utiliza, no existe la palabra “creatividad” e insisto, WhatsApp es lo peor, pero no lo único.
    Como no recordar “The Body Snatchers”, el grito final es de lo mas perturbador del cine.
    Entre Zombies, nosotros, debemos buscar la manera de seguir siendo felices, mientras cada día se mueren mas amistades, hermanos o largas charlas.
    Lógicamente he exagerado todo, pero sería bonito encontrar a alguien para repoblar el planeta.
    Hemos perdido la guerra contra las ovejas.

  18. Yo no puedo creer como las personas llegan a pensar de que la comunicación y la existencia (entendiéndola en plano social) depende del “producto” de una empresa. Es decir,si no consumís un determinado producto no existís. Al final se termina llegando a la conclusión de que los “smartphones” resultaron ser mas inteligentes que las personas…

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